La Ciencia Toma la Palabra

viernes, 22 de enero de 2010


La revista Nature se ha lanzado a la arena de la batalla ideológica sobre el clima, en una respuesta directa al escándalo de los correos electrónicos robados por unos hackers a la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.


Ahora, 'Nature' sale a la palestra para desmentir que haya algo en los correos que ponga en duda la existencia del cambio climático o muestre falta de escrúpulo profesional en quienes los escribieron. Cuando esos e-mails salieron a la luz, en noviembre pasado, justo antes de la Cumbre de Copenhague, se

organizó una polémica, el 'Climategate', tan artificial como interesada. Para los detractores de las tesis del cambio climático, los correos demostraban que los científicos hacen piña para desdeñar a quienes rechazan sus conclusiones e, incluso, maquillan datos para hacerlos compatibles con las teorías

Pero ésta es la parte menor del alegato. Porque lo relevante es que la revista lanza un órdago general al escepticismo y lo hace con una atrevida estrategia: reconociendo que sí existen dudas sobre el calentamiento global. Pero esas incertidumbres, aclara 'Nature', no son precisamente aquéllas en las que insisten los escépticos, sino otras.

Además, aclaran los editores de la revista de referencia de la comunidad científica, esos aspectos poco conocidos del calentamiento global, aun siendo importantes, no invalidan la conclusión de que la atmósfera se está calentando por los gases de efecto invernadero. Y ni siquiera se han ocultado nunca las incertidumbres. Nature recuerda que el último informe del panel de expertos de la ONU, de 2007, señalaba que había «54 incertidumbres clave que complican la ciencia del clima».

En su edición, 'Nature' engloba esas 54 dudas en cuatro grupos y las airea con la intención de que se pueda hablar de ellas abiertamente sin padecer ese «clima de sospecha» que entorpece el avance de la investigación. Las críticas a la ciencia del clima, tienen cada vez una motivación más ideológica que técnica, afirma el editorial de la revista. Estas son las verdaderas dudas sobre el clima para 'Nature'.

Los modelos de predicción climática son eficientes para calcular tendencias de temperatura en el futuro, pero sólo a escalas geográficas amplias. Cuando se desciende al detalle, no son tan fiables. Nature reconoce que los gestores políticos necesitarían predicciones a nivel de comarca para tomar decisiones, pero la ciencia sólo ofrece datos para áreas geográficas que tengan al menos 100-300 kilómetros de lado.

El aumento global de las temperaturas aumenta la evaporación de agua y acelerará el ciclo hidrológico. Pero los programas de simulación no son certeros para predecir cómo afectará eso a las lluvias. Según Nature, la ciencia actual es especialmente torpe para saber qué va a pasar con las lluvias invernales y con las sequías subtropicales, aunque sí está claro que van a cambiar.

Los aerosoles son partículas presentes en la atmósfera como el vapor de agua, el hollín o el polvo, cuyo efecto sobre el clima aún no está bien valorado porque unos reflejan la luz del Sol y tienen un efecto de enfriamiento y otros la capturan y generan calentamiento. También hay que estudiar mejor la interacción de los aerosoles en la formación de nubes y los nuevos satélites ayudarán a hacerlo.

Para conocer las temperaturas de los últimos siglos se usan multitud de indicios, como los anillos de crecimiento de los árboles. Pero estas evidencias dan problemas. En parte del Hemisferio Norte, el crecimiento de los anillos reciente no va acorde con las mediciones de los termómetros. Este método está en entredicho, pero puede sustituirse por otras formas de deducción de temperaturas pasadas.

Al mismo tiempo que la revista 'Nature' lanzaba su ofensiva en defensa de la investigación del clima, se generaba un nuevo episodio de confusión en torno al cambio climático. Esta vez ha estado envuelto en él el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU, el IPCC, que ha decidido rectificar una afirmación de su informe de 2007 que decía que los glaciares del Himalaya podían derretirse en 2035. Ese dato provenía de la «declaración de un experto» y no de un artículo científico publicado en una revista de referencia y que hubiera sido revisado por otro experto, como exige el modo de funcionamiento del IPCC. No se puede asegurar si el Himalaya se quedará sin hielo en fecha tan temprana, pero sí que lo está perdiendo.

Falsos Mitos sobre el Calentamiento Global


1 Los modelos climáticos no sirven para nada: Las predicciones de los actuales modelos informáticos contienen inexactitudes, pero ofrecen una información general útil para los políticos y, además, todas coinciden en el calentamiento global.

2 El calentamiento global se frenó hace diez años: Aunque el aumento de las temperaturas no fue tan rápido como en las décadas anteriores, el último decenio ha sido el más cálido desde que existen registros de temperatura.

3 Hacía más calor antes de la revolución industrial: La segunda mitad del siglo XX fue, probablemente, el periodo más cálido del último milenio. Antes, hubo otros calentamientos, con un origen completamente diferente.

4 La capa baja de la atmósfera no se calienta: Hace diez años, parecía que la superficie de la Tierra se calentaba, pero no la troposfera, hasta que se detectó un error en los sensores de los satélites.

5 Los termómetros están mal colocados: Algunos negacionistas sostienen que las estaciones climatológicas urbanas registran un aumento de las temperaturas por el propio crecimiento de las ciudades, pero el mayor calentamiento se ha detectado en termómetros situados en el Ártico o en la península Antártica.

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